martes, abril 04, 2006

La antena parabolica

Ahora que las parabólicas inundan nuestros tejados, nuestros balcones, nuestros patios, y casi casi por completo a muchos de nuestros padres, es imposible dejar de hablar de tamaño fenómeno. Alguien dijo (y si no lo digo yo) que vivimos en un mundo de ondas y esta claro! Ya los hombres no hablan en el bar sobre "lo buena que esta fulana", no, ahora, en los circulos masculinos, se presume de la audacia que tienen algunos de robarle las ondas WIFI al vecino de al lado. " Y le he cambiado incluso los puertos del router". - dicen los verdaderos héroes.

Desde tiempos inmemoriales se sabe que ha existido el cotilleo. Ondas que se transmiten por los tendederos, las mesitas de camilla, la cola de la pescaderia,... Ondas que nos hablan de un conocimiento ancestral, auténtico y quasi-divino de la importancia que tiene el vecino para su igual. Y siempre, en todas las comunidades de vecinos, en todos los barrios, en todos los pueblos, en todas las oficinas de aquí hasta el infinito, hay una antena parábolica.

Definición: "
Se dice de la antena radioeléctrica con forma de parábola, y especialmente de la televisión, que permite captar emisoras situadas a gran distancia." Pues, en mi barrio hay una señora que coincide exactamente con esta certada descripción: nuestra antena parabólica particular.

Es radioeléctrica porque, literalmente, esta enchufada 24 horas a los programas de corazón, que constituyen, sin duda, su otro pasatiempo (o su otra ocupación). Tiene forma de parábola (invertida, eso sí) ya que si la observamos de cintura para'bajo nos recordaría a una estupenda mesa de camilla (min: 6 comensales). Y capta todas las emisoras, incluso las situadas a larga distancia, incluso sabe leer los labios y las técnicas más elaboradas del marujeo (que a saber son: escucha con vaso de cristal, el timo del poquito de sal, el registro de buzón y otras actividades de baja catadura moral).

Obviamente, la antena parabólica no solo conoce las verdaderas vidas de todos sus vecinos (tanto del que vive frente a su puerta como del que vive en la otra punta de la urbanización) sino que sabe de todos los dimes y diretes que circulan por la vecindad. Su función comunicativa no sólo la hace receptora de suculenta información, sino que , asimismo, transmite esa información contrastada, meditada, y basada en sus múltiples fuentes al resto de los mortales.

Es la primera en apostarse en la piscina. Marido a un lado, leyendo, totalmente ajeno al complejo mecanismo de engranajes que trabajan a marchas forzadas en el cerebro de su cónyuje. El niño, al otro lado, mata caracoles con una lupa. Ella, despues de untarse hasta los dedos de los pies de apestoso aceite de coco, se sienta en su hamaca (piernas abiertas para que el sol de en todos los lugares posibles) y GO!

Barre con la mirada a todos los que se han congregado en la piscina (que ahora son muchos, tras el lento ritual del aceite de coco). Fulana no se sienta con su grupito habitual (deben estar enfadados); Fulanita está siempre pegada al socorrista (deben estar liados); Megana esta sóla (se habrá separado del marido)... Y una interminable lista de pensamientos y conexiones psiquicas entre lo que ve y su sentido cotilleril (adquirido a base de años y años de marujeo).

Como antes dijimos, una buena antena parabólica no sólo se concentra en observar y analizar todas las ondas marujenianas que pululan alrededor de su radio de acción; para realizarse como antena debe comunicar todo lo que ha captado y contrastar de alguna manera, con el pueblo, todo lo que se ha ido maquinando en su cerebro (este proceso puede durar semanas o incluso meses).

En muy contadas ocasiones, la antena parabólica abandona la soledad de su puesto de recepción para situarse cerca de un foco de acción. Con la antigua excusa de contar chismes para recibir chismes, se junta con antenas parabólicas en potencia que le transmiten datos que, debido a las interferencias, se le han escapado a la GRAN AN TENA. A cambio de esta nueva información, la GRAN ANTENA transmite su saber ancestral gestado durante semanas a la antenilla en potencia, que luego lo transmirá dando lugar al rumor.

El ciclo comunicativo de la antena parabólica, por tanto, se cierra cuando la persona analizada escucha el rumor y es consciente de que su información más íntima es conocida hasta por el perro de su vecina del quinto (que por cierto hace días que la mira mal). De esta manera, las acciones que la susodicha persona lleve acabo en el futuro serán de nuevo analizadas por la GRAN ANTENA y, de nuevo, comenzará el cruel y despiadado ciclo del marujeo.

Un ciclo que puede destruir vidas, matrimonios, puede distanciar al perro de su amo y puede desembocar en una gran guerra de guerrillas totalmente soterrada en los lugares comunes de la vecindad. Por eso, tengan cuidado, porque la GRAN ANTENA PARABÓLICA OS VIGILA.

jueves, marzo 30, 2006

El misterio de la serpientilla

Ahora que vivimos en una época de construcción masiva (aunque la mayoría de los ciudadanos no podamos beneficiarnos de ella), nadie se acuerda de que hace 14 años no viviamos en la nueva milla de oro del barrio. Para muchos, allá por el año 92, irse a vivir a las afueras era todo un reto; era irse a vivir a la jungla y nunca mejor dicho.

Antes, los alrededores de mi barrio no existían. Es decir, el bloque estaba literalmente clavado en medio del campo. Era bonito, no? No habia farolas, ni aceras,… y en invierno, cuando llovía, la maleza de los descampados te transportaba a los High Lands escoceses. Poco queda ya de esa vida casi rural.

Sin embargo, ahora, desde la falsa salubridad que nos otorga el urbanismo bestial al que hemos estado sometidos, nos acordamos, no con tristeza, de las plagas que asolaban nuestros portales y calles, antaño. Me acuerdo, por ejemplo, de aquella plaga de babosas a cada cual más gorda. Andar por la calle era como si andaras sobre un suelo de plasma (un extraño parecido con las plantillas esas para que no te duelan los tacones).

Otra vez, recuerdo que nos asolaron las cochinitas, que son estos bichitos tan curiosos que se enroscan y parecen bolitas negras. Son encantadores. Sobre todo cuando descubres un día, que la pared de tu portal ya no es blanca, sino que es negra por arte de la naturaleza. La naturaleza cruel de aquellos días.

No olvidemos las familias de lagartos, lagartijas... de eso va mi historia de hoy. Comparto con una amiga una fobia totatalmente fundamentada hacia las salamanquesas. El resto de anfibios también son un terreno vedado para mí, pero especialmente, considero, que las salamanquesas son los peores animalejos de la creación.

Son tan asquerosas que no hacen falta que acudamos a las leyendas urbanas para destestarlas. ¿Que si te vomitan en la cabeza te quedas calvo? Perdóneme, pero es que no me quedaría el suficiente tiempo debajo de un bichajo como ese para que le diera tiempo a vomitarme encima (si es que las salamanquesas pueden vomitar, aunque, por lo visto, las más gordas pueden)

Es un verdadera trauma el que pasabamos constantemente, ya que una de ellas, y de realmente asquerosa ralea, se habia apoderado de la rendija que iba desde el foco del portal a la pared, y se pasaba ahi engordando y medio albina, viéndonos pasar por debajo.

Afortunadamente a mi amiga le tocó la gorda. O la larga. Porque, debido a estas casualidades crueles de la existencia humana, fue a topar con el mismisimo diablo en una de las reformas de la casa. Nunca, poner un aire acondicionado centralizado, fue tan emocionante.

Parece ser, que una vez que se fueron los albañiles del piso y ya avanzada la noche, a mi amiga le dió por ir al baño (una molesta costumbre que yo no comparto) y se encontró con lo que se encontró. Una pequeña serpiente :) Lo que siguió despues supongo que no será dificil de adivinar, madre con la zapatilla en ristre, vecinos aporreando la puerta, la serpientilla que no se olia na, y por fín, una mano redentora cogió al animalejo y lo quitó del centro de la escena.

Desde aquel día, muchos no somos los mismos. Muchos todavia miramos con descofianza el lugar donde sabemos que reside el aparatejo del aire acondicionado y nos preguntamos qué se cuece entre las paredes. Según la leyenda, en las noches de luna llena, se escucha el serpenteo de la serpientilla pidiendo volver a su querido agujero.

jueves, febrero 09, 2006

Yo de mayor quiero ser profesor de Padel.

En mi primer artículo hablaré sobre un personaje que odio profundamente. Creo que, en una escala de trabajos estúpidos, intrascendentes y totalmente rídiculos, el suyo estaría prácticamente el primero (el primero ya lo ostentan los vividores de la prensa del corazón).

Hoy voy a hablar del el profesor de padel de mi barrio.


En mi barrio la gente no tiene trabajos normales. Es decir no son fontaneros, ni albañiles, ni peones de obra,... aquí todo el mundo es comercial. Esto se aprecia en que la mayor parte de las plazas de garaje están atestadas de trastos inútiles, que están ahi, criando polvo, y estorbando a los demas. Joder, pienso, si te regalan 500 cajas de tiritas, por que coño no las compartes? Yo nunca encuentro una puta tirita en mi casa!

Y es que con los vecinos hay que tener paciencia, y sobre todo solidaridad, no?? La mayor parte de los "chicos " de mi barrio nunca han trabajado en nada, su primer trabajo fue "en la empresa de su padre". Sin embargo, uno de ellos fue el único que se ATREVIO a no vivir de el cuento, a no meter la p...a donde ya la metía su padre, a no comer de la mano que lo vio nacer ( y no me refiero a la del ginecólogo), el niño se hizo profesor de padel, y decidió sacarnos los cuartos a todos los imbéciles que tuvimos que aguantarlo, ya de pequeño, cuando todavia no se enteraba que el padel no consistía en pegar grititos y echarse gomina.

Un deporte tan PePero, no podría ser enseñado por una persona que no se acogiera a los cánones que marca la moda peperil. Da asco observar a el "coach" - como el se hace llamar - con su polito, sus marquitas, la puta bandera de España en todo los lugares de su cuerpo que son perceptibles por el ojo humano.

Aun recuerdo cuando mi hijo llegó un día pidiéndome que lo apuntara a las dichosas clases. Por poco me da un soponcio cuando me dijo lo que costaban la dichosas clasesitas. Y encima impartidas por un paria que ni siquiera tenia un título. Joder, te pasas toda la vida jodida estudiando como una estúpida y luego resulta que un niñato con solo el EGB gana más que tú!

Y claro, ¿como le dices tu al niño que no vas a consentir darle parte de tu preciado sueldo a un vago que no sabe escribir la O ni con un canuto? Pues claro, lo apuntas y luego te das cuenta del error: Que no sólo es lo que debes pagarle al inutil del "coach" cada mes, sino que también entra en el tema: una pala nueva, un chandal nuevo, un par de pelotas nuevas...! Si las tuviera, hasta las pelotas estaría yo!

Para colmo del descaro, la pala que le compramos al crío que tanto alavó mi marido que nunca se entera de nada, ya no le sirve... le sirve la que el "coach" vende en exclusiva! y claro, tú que siempre has pensado que lo mismo daba una pala de marca que una tabla para cortar el salchichón te kieres pegar un tiro. El crío ya te llega a decir, que la pala que tiene no da para más, que no golpea fuerte, en cambio la del "chulopoide" del profesor hace agujeros en la pared. Y tú, a la bendita sangre de tu sangre, no sabes ni como explicarle que con 6 años y una miopia que acojona ya es un meríto que le de de vez en cuando a la pelota.

De esta forma, mientras mi hijo hace el payaso, el coach vive de p..a madre a nuestra costa. Ya les digo, yo de mayor no quiero ser ingeniero de caminos, ni arquitecto de prestigio... quiero ser el profesor de padel del vecindario, que eso mola un rato.

miércoles, febrero 01, 2006

Nota Introductoria


Vecindario, un conjunto de vecinos. Un conjunto de personas que en algunos casos apenas se conocen. Personas que se cruzan por las escaleras, que se encuentran en los ascensores y nunca saben donde mirar. Personas que nos traen problemas pero que, luego, siempre son las primeras a las que acudimos cuando nos sucede algo en casa. Personas que miran si tienes la puerta de entrada sucia, personas que quieren saber como tienes puesto el salón o de qué color has pintado las paredes.

En fín, el vecindario es un mundo dentro de nuestro mundo. Están los pobres, los desgraciados, los que están montados en el dolar aunque siguen viviendo entre los mortales, los nuevos, los que recuerdan como era el portal sin la rampa para minusválidos... Dentro de cada comunidad está la que se preocupa por el inmueble realmente, el maleducado que hace lo que le sale de la narices, el niñato que se carga las cosas (que casualmente suele ser el hijo del maleducado), el que no paga la comunidad, el que fuma en el ascensor, el que riega las plantas por la mañana, el que no cierra bien la basura... cada uno tiene su lugar, y cada uno tiene su momento.

Yo, simplemente, soy un espía entre ellos; el gran "vecino" que todo lo ve, el gran ojo que todo lo retiene, que los vio nacer, que los verá morir, que los vió subir de casta en la comunidad, los que los vio bajar estrepitosamente.

Posiblemente, ellos piensen que sus existencias son monótonas, aburridas, tediosas, intrascendentes, pero todas ellas, miradas desde el prisma del simple y morboso cotilleo cobran un cariz diferente! y en honor a ellas está hecho este blog.

NO creais que mi vida se basa en observar detrás de la mirilla siempre que se escuchan unas llaves, NO creais que mi perro ha desarrollado una extraña fobia a la calle porque quizás lo tomaba de pretexto para espiar a mis semejantes, NO! El mundo del cotilleo va más allá. Lo realmente fantástico y embaucador de él es como se difunde, como se metamorfosea (como si fuera un Power Ranger) y llega a mí.

Los difundiré. Y ya nada será como antes. :))

The Neighbourhood Project

Estudio real y pormenorizado de un barrio.

Pronto con todos ustedes.